A mediados del siglo XIX se publicó la obra de Charles Darwin El origen de las especies. A pesar de que Darwin se guardó mucho de ser explícito acerca del origen del hombre, la implicación evidente de su teoría de la evolución era que los seres humanos eran descendientes de algún animal parecido a los monos antropoides, y no el producto de una creación especial. La sociedad del siglo XIX quedó completamente escandalizada, y Darwin sufrió rotundos ataques de la Iglesia y de muchos científicos. Era intolerable que se supusiera que el hombre pudiera estar directamente emparentado con los vulgares animales del mundo. |
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